Qué bonito detalle el de este chico con la madre de su novia… si no fuera porque tenía intenciones ocultas. Y es que a cualquier señora madura le gusta que le regalen trapitos, mucho  más si es un chico guapo y joven; por mucho que la ropa que le traen no les pegue a sus años ni a sus kilos de más. Pero la suegra gorda está encantado con este vestido animal print, aunque su futuro yerno ya contaba con ello… y con poder quitarle después él mismo el vestido. Y eso que en cuanto le tocó un par de veces su coño peludo y ella le comió la polla otras tantas veces, fue la vieja quien se lo quitó.