No hace falta ser muy listo para saber cuándo una mujer está receptiva y, por decirlo de otra forma, la clásica casada facilona que bastan un par de palabras bonitas para acostarte con ella. El vecino de esta señora es ya pájaro viejo y sabe rápidamente cuándo una mujer quiere «tema», así que enseguida se dio cuenta de que la esposa de su vecino estaba deseando que le echaran un buen polvo. Con la excusa de tomar un café acabaron intimando y además de que besaba de maravilla, la vieja tenía un culo redondito y aún duro de vicio. Quizá una depilación de coño no le vendría mal pero en realidad lo que importa es lo de dentro y eso era maravilloso.