Esta morena treinteañera pensaba que había encontrado el trabajo perfecto como sirvienta en la casa de este ejecutivo. Un hombre soltero, maduro, en la flor de la vida, que como mucho iría a cenar a casa o se traería alguna amiguita; casi no iba a tener que hacer nada. Pero resulta que el señor tenía planes para su criada, y no era precisamente pasar el plumero. Al poco tiempo de estar trabajando allí, ya la había convertido en su esclava sexual; hacía que lo provocara con su uniforme de chacha, y que se arrastrara para suplicarle que le follara el coño. Y al final, ha acabado entregándole el culo, en una sesión de sexo anal en la que le ha hecho fisting e inserciones xxx de todas clases antes de meterle la polla dura.