Polvazo amateur a la hora de la siesta
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Eso de tener a tu mujer desatendida no está bien, aunque ahora sea una mujer madura, tirando a obesa y con unas ganas de follar impropias de su edad. Pero eso es justo lo que le pasa a esta cincuentona, que su marido se las arregla para dejarla cada día compuesta y sin polvo, yéndose a trabajar sin que ella se entere. Antes les encantaban las folladas matutinas, pero ahora no la toca ni con un palo. Y eso provoca que la buena señora se despierte cada día como una perra en celo, con el coño caliente y unas ganas de tragar semen locas. Sin embargo, tiene que conformarse con aliviarse ella misma; si sigue con esas sesiones de masturbación, quizá sea hora de empezar a pensar en echarse un amante…