Madura tatuada tiene un juguete nuevo
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Esta rusa madura ha ido cumpliendo años, pero como el buen vino, sus comidas de polla no han hecho más que mejorar. Su marido la conoció por ser una mamona de primera, y ahora ya casi se corre con la idea de sentir sus labios sobre su polla. La casada cerda incluso le crea expectativas, para que él se vaya poniendo cada vez más cachondo. Y cuando por fin pilla la verga con su boca, le pega tales succiones que casi lo hace correrse en el primer minuto. Por suerte, es capaz de aguantar lo suficiente para terminar en una lechada de primera.