Con treinta y tantos no se puede estar tan buena…
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Está claro que estamos ante una zorra amateur bien decidida, una mujer casada que está liberada y que agarra en cada momento lo que quiere. Y, por suerte para su marido, ahora mismo quiere sentir su polla dura dentro de su culo caliente. Bien, sabe que tiene que trabajárselo un poco, pero eso no es problema para ella, porque sabe que sus mamadas siempre hacen que la verga de su marido se levante en poco tiempo. Así que no ha tenido problema en llevarse a la boca su pedazo de carne.
Luego todo se convierte en una rutina, porque aunque él se dirige al coño de su mujer, ella está empeñada en que hoy será sodomizada. Así que, sin remedio, el marido tiene que ceder, y acabar enculando a su mujer que está tan buena y que tan bien ha aprendido a follar, la muy guarra.