Las viejas también se masturban
- 1732
- 04:37
- 1
Por casualidad, esta rubia sesentona encontró las revistas porno de su marido, esas con las que ella sabía se hacía buenas pajas. Curiosa, empezó a echarle un vistazo a las páginas; y antes de darse cuenta, ya estaba llamando a su marido cachonda perdida, pidiéndole que volviera a casa lo antes posible. Pero ya sabía que no iba a poder esperarlo, sus pezones tiesos y su coño empapado lo dejaban claro. Así que la vieja cerda acabó por abrirse de piernas y hacerse un dedo ella misma; el orgasmo que se provocó haría que pudiera esperar a su marido con más tranquilidad.