De secretaria madura a actriz porno interracial
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Podría decir que lo que le gustó de su mujer cuando la conoció siendo jovencita fue su sonrisa, su simpatía, y bueno, que era bastante guapa y con buen cuerpo. Pero esa no sería la verdad, y es que aunque quede por un vicioso de primera, lo que más le gustaron fueron sus tetas. Ni sus ojos, ni su culo, ni siquiera su boca espectacular; los pechos talla 100 de aquella chica rubia lo encandilaron. Y ahora que es una mujer madura, y ya con muchos años de casados, puede decir lo mismo sin equivocarse. Le encanta follarla, por supuesto, su coño maduro es una delicia; pero le sigue encantando el final, cuando su acabada de semen acaba en sus tetas gordas.