Nadie le dio permiso para correrse dentro
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Una de las explicaciones que tiene la obsesión de los hombres por el sexo anal, es ni más ni menos que el ano está mucho más estrecho que el coño y la sensación es cien veces más placenteras. Esto pasa porque el coño lubrica de forma natural, pero el culo no y sentir la polla tan apretada es una gozada. Esta madura gorda va a sentir en su ojete toda la furia de una verga joven, vigorosa y deseosa de romper un culo viejo. No podía haber más presión en ese agujero y tened claro que ambos disfrutaron a lo grande de este folladón anal.