De un tiempo a esta parte, esta viuda tetona se ha dado cuenta de que empiezan a faltarle algunas de sus bragas, y no tiene idea de lo que pasa con ellas. Como último recurso, entró en el piso de abajo, que tenía alquilado a un universitario, por si acaso habían caído desde el tendedero. Y se quedó de piedra al ver al chico acostado en su cama, con una de sus braguitas en la mano mientras con la otra se hacía una paja. La puta madura sabía muy bien que le hacía tilín al chico, por eso solía visitarlo medio desnuda, con su lencería sexy. Y bueno, viendo que estaba claro que todo lo suyo lo ponía cachondo, no tenía ninguna razón para no acabar follando con él.