La jefa aleccionando a su nueva secretaria
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Hace unos años, sólo aquellas mujeres a las que no les importara ser tachadas de guarras podían reconocer que adoraban recibir las lechadas de sus parejas. Si se decidían a follar sin condón y dejaban que se les corrieran dentro de los coños, claramente eran unas descerebradas. Pero si lo que adoraban eran las corridas en la cara o en la boca, ahí sí que se las llamaba de cerdas para arriba, sin ninguna duda.
Pero mira por dónde que las más avispadas descubrieron que eso encantaba a los hombres tanto como a ellas, y ahora lo exhiben orgullosas. Y para que veas que esto no es sólo cosa de jovencitas, sino que las madres y abuelas modernas también adoran tragar semen por litros.