La asistenta madura limpia la casa… y otras cosas
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Esta mujer casada quería darle una sorpresa a su marido cuando llegara a casa; para ello, se había comprado lencería erótica y sexy, y lo esperaba en la cama con los ojos vendados. A la hora convenida sintió como unas manos la sobaban por todo el cuerpo, agarrando sus tetas y metiéndole un dedo en el coño. Como pensaba que era su marido, se entregó con todo, y él la siguió acariciando hasta que por fin se quitó el antifaz. Ahí descubrió que era su hijastro el que le estaba metiendo mano. Pero una vez que ya le había comido la polla, ¿qué importaba que se abriera de piernas para él?