El señor se encapricha con la chacha cincuentona
- 7580
- 16:35
- 19
Aunque no me atraen especialmente las mujeres maduras, resulta que la nueva vecina sí que me ha entrado por el ojo. Es una madurita gordita que, en principio, no parece tener demasiado atractivo, pero no sé… Quizá su culo gordo, o esas tetas grande que siempre lleva marcadas, me hayan puesto cachondo casi sin darme cuenta. Y al final acepté una de sus muchas invitaciones a su piso.
Me di cuenta en seguida que su marido no estaba, y que iba a haber tema claramente. Ella no paraba de insinuarse, marcando pezones y dándome a entender que podía hacer muchas cosas con su lengua. Yo me la follé y le di una idea de lo que podía hacer en concreto con su boca: tragarse toda mi corrida.