La divorciada que se volvió ninfómana
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Debo reconocer que con poco que haga mi cuñada ya caigo rendido a sus pies. Cuando le da por ponerse en plan zorra (que es casi siempre) me la pone durísima porque además es muy sensual además de sexual. En cuanto sale de la ducha empieza a putear mientras yo la observo en silencio cascándomela. Enseguida tengo que parar porque de lo contrario me correría solo con verla. Su culo es increíble y cuando me cabalga no puedo describir lo que siento, además mide los tiempos perfectamente para apurar el polvo. El gilipollas de mi hermano no sabe lo que se pierde porque hace meses que no tiene sexo con ella, así que alguien tendrá que darle lo que necesita y ese soy yo.