Lío de una noche con una cerda madurita
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Qué pena que ya se acabe el verano, con lo que a su marido le gusta hacer barbacoas y parrilladas junto a la piscina. Y no es que a ella le guste particularmente el olor a fritanga; es que, no sabe por qué, a su marido eso lo pone muy cachondo. Así que tiene que aprovechar los días que queden de buen tiempo, aunque por suerte aún pueden ser bastantes. La rubia milf sabe muy bien lo que va a pasar en cuanto las brasas empiecen a arder: también lo hará el ambiente entre ellos. Empezará a tocarla y acariciarla, y ella sentirá su coño mojado como siempre. Él parece oler su sexo empapado, y para entonces, con su polla dura, la penetrará una y otra vez; pero ¿cómo es posible que le deje el coño rebosando de semen?