Comparte con su nieta algo más que los genes
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Este hombre estaba un poco cabreado porque se levantó y no había nada de desayunar. En esto llegó su esposa, un ama de casa explosiva que llegaba de la compra y traía pan y leche. El tío se puso a echarle la bronca, pero su mujer sabía muy bien cómo calmar a su hombre. No tuvo más que ponerle una teta gorda en la boca, dándole una probada de su pezón duro. Y en esto el marido sintió un hambre feroz, pero no de comida precisamente. La verdad es que comerle el coño a su mujer y después follarla calmó su estómago durante un rato; y ella disfrutó de su ración de leche con su corrida.