La señora ha ganado peso, pero sigue igual de viciosa
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Poner el lavavajillas se ha convertido en un deporte de riesgo para esta esposa francesa, aunque uno que practica con placer. Y es que no es la primera vez que está en esta tarea, cuando llega su marido por detrás todo cachondo perdido. Cuando se da cuenta, le ha levantado la falda y le ha bajado las bragas, metiendo su polla ya desnuda entre sus nalgas. Entre la sorpresa y esa verga a pelo, la guarra milf ya está excitada, así que el marido solo tiene que empujar un poco dentro de su coño. Así, medio inclinada, le mete los primeros embites; pero luego la monta en la encimera, buscando su culo abierto y listo para él.