Muchos se quejan de lo pesados y mandones que son sus jefes todos los días en el trabajo y no se dan cuenta de que la situación en la que están, dependiendo de con qué se compare, puede ser peor o mejor. Imaginaros que en vez de un jefe, dueño de la empresa que te hace llamar a su oficina para aclarar ciertos informes, tienes a una mujer madura como jefa y que son de las típicas mujeres que no aceptan un no por respuesta de ninguna de las maneras. La verdad es que hay que tener mucha paciencia y mucha diplomacia para lidiar con una madurita de estas características, porque el problema es que cuando se aburre, le da por ponerse cachonda y como no tiene a mano ningún hombre que la consuele, se aprovecha de la situación laboral para llamar a alguno de sus jovencitos empleados con cualquier excusa creíble e intentar seducirlo con el encanto que ella cree que le caracteriza a la hora de seducir a los hombres. La verdad es que un coño es un coño, sea de madura o de jovencita y a la hora de follar, tampoco hay que ser tan exigentes. Así que este jovencito decide satisfacerla y de paso, si le gusta a ella, consiga algún ascenso que otro de vez en cuando.