Menos mal que esta cubana de culo gordo vive en un lugar que siempre es verano, o estaría en depresión medio año. A ella le encanta el mar, la piscina y sobre todo andar desnuda todo el rato; así que fíjate lo que ve el chico de mantenimiento cada vez que va a arreglar su jardín. Cuando ve a la tetona en cueros y mirándolo como una perra en celo, no puede hacer nada para no acercarse a ella y acariciar su cuerpo macizo. Pronto siente su coño mojado, y entonces la zorra cuarentona se lanza a su polla como una loba hambriento. El jardín parece una selva, porque siempre acaban entrando en casa para follar sin siquiera terminar el trabajo.