A esta abuela infiel le van los camioneros
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No es que este tío se dejara el sueldo cuando pidió una prostituta a su habitación de motel, por eso no podía más que aceptar una puta barata. Bien, pero desde luego no esperaba que la señora fuera una cincuentona rellenita con cara de haberse comido todas las pollas del mundo. Como lo que quería era fogar y relajarse después de un largo viaje de trabajo, aceptó lo que le dieron, para echar un polvo y dormirse lo antes posible.
Sin embargo, resultó que quedó gratamente sorprendido. Desde luego, la cerda madura tenía mucha experiencia, pero en vez de molestarlo, más bien lo agradeció. No veas qué manera de follar, una guarra de primera, y que lo hizo correrse y empalmarse varias veces en la noche.