Una madre política de lo más complaciente…
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Parece que esta mujer mayor echa de menos el dulce del domingo por la tarde, que siempre solían comprar en la pastelería del barrio. Claro está, por ahora eso es imposible, y como la repostería no se le da bien, se anda buscando la vida. Y lo encuentra muy pronto en la polla de su marido porque, si el chocolate es el sustituto del sexo, también podría ser al reves, ¿no? Y es que está tan deseosa de una buena lechada de semen, que se lanzó sobre su marido, que él poco pudo hacer para evitar esa follada salvaje, aunque la verdad, tampoco quiso.