Nadie le dio permiso para correrse dentro
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Encantada está la jefa de sección con su nueva secretaria, una jovencita becaria simpática y muy eficaz. Claro que nadie sospecha que la vieja caliente en realidad la mira con otros ojos, con los de una boyera viciosa, que está deseando quedarse a solas con ella. Claro que tampoco fue difícil, solo tuvo que decirle que tenía que hacer unas horas extras; aunque la chica no pensó que fuera a hacerlas con las piernas abiertas sobre la mesa de su jefa. Pero la cincuentona sabía lo que se hacía, a base de comerle el coño consiguió llevarla al más intenso orgasmo.