De vez en cuando a las damas de alta alcurnia les gusta bajar a los bajos fondos, donde encuentran amantes bien dispuesto y que no piensan en sacar ningún beneficio económico. Es lo que le pasó a esta divorciada pija, que si bien nunca pensó en follar con un negro pobre, ahora tiene otras ideas. Se ha vuelto una zorra liberada, no tiene prejuicios mientras la cosa tenga que ver con el sexo; y este negro sabe camelársela y tenerla caliente y con el coño mojado en menos que canta un gallo. Parece que una buena jodienda no tiene que ver con el dinero ni con las clases sociales, o quizá sí y da mucho morbo transgredir ciertas reglas.