Esposa alemana prefiere la polla de su vecino
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¿Quién iba a pensar que la señora de esta casa era una tierna florecilla que se vendría arriba con un buen riego de semen caliente? No es que este jardinero tenga nada en contra de follar con maduras, pero no esperaba que esta rubia casada estuviera tan necesitada de sexo, con las tetas gordas que se gasta. Más bien imaginaba que su marido la tendría bien surtida de polvos, pero ella siempre parece querer más. Así que le encantó que la señora se lanzara sobre su polla como una loba, para comérsela toda ansiosa; y se volvió loco cuando, tras follar su viejo coño, le lanzó toda la lefa a la boca.