Con su marido ni siquiera se molesta en ponerse un conjunto de lencería mono, pero con su amante… ah, eso es otra cosa. Cuando folla con su querido, siempre se pone muy sexy, con la ropa más provocativa que puede encontrar, lista para seducirlo a tope. Y es que le encanta ver el efecto que tiene en los otros hombres, es algo así como un vicio. Ahora, que lo que no sabe es que, lo que de verdad los atrae, es su coño maduro y caliente.