Una canita al aire con el masajista
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Por mucho que con lo de pepino uno pueda referirse a una polla grande y gruesa, en esta ocasión hay que coger la palabra en su sentido literal. Porque a este hombre no se le ha ocurrido otra cosa que variar un poco el sexo marital con su mujer madura, y ha pensado que las inserciones vaginales sería una buena idea. Por eso, ha ido a la cocina y ha pillado este pedazo de pepino, que ha puesto los ojos de su señora a hacer chiribitas, deseando que empezara la acción. Y así fue alternando las penetraciones con esta verdura y con su polla.