No es de extrañar que esta morbosa cincuentona sea la mejor vendedora de la inmobiliaria donde trabaja y es que si no consigue vender un piso por las buenas lo hará por las malas… Lo que queremos decir con «las malas» es que empleará todas sus armas para cerrar las ventas y eso obviamente quiere decir que usará su cuerpo y sus increíbles tetas para lograr su propósito. Hoy fue a visitar a un cliente que quería vender su piso, lo que pasa es que pedía demasiado dinero y no había manera que se bajara del burro como se suele decir. Pues nada como ponerse a cuatro patas para convencerlo en cuestión de minutos.