A saber si esta mujer ha tenido siempre el deseo de ser una actriz porno, o le ha llegado de pronto al venirle la menopausia, que todo puede ser. No sería la primera mujer mayor que descubre que eso de que te follen un montón de tíos a cambio de dinero y de hacerte famosa es un buen entretenimiento. De seguro, mejor que ejercer de abuela y llevar a los nietos a pasear al parque, o andar tejiendo bufandas para ellos.
Pero como cualquier hija de vecina tiene que presentarse a un casting porno antes de hacer ninguna escena de forma profesional. Así que allí ha ido ella, con su vibrador en la mano y demostrando lo caliente que es su coño peludo.