Quien diga que el tamaño no importa es que no ha estado casada con un picha corta como el ex de esta rubia tetona. Así que ahora pasa las Navidades con sus hijos, pero en cuanto los deja con su padre, se va a disfrutar de una auténtica noche buena. Se lleva a maromos a casa para tener un buen regalo de Navidad en forma de polla gorda, y lo consigue. Y puedes tener muy claro que en su coño maduro no entrará nada con menos de 25 centímetros, porque necesita sentir que la verga le entra hasta las entrañas. La puta madura es muy viciosa, la verdad, pero como es una diosa del sexo, hay que aceptar sus condiciones.