Recién divorciada, a esta ama de casa no le está siendo fácil paragar la hipoteca de casa; y claro, han mandado a un tipo del banco para que le apriete las tuercas y consiga una forma de pago. La cosa está grave, la mujer no tiene buen sueldo, y su marido la ha dejado con los hijos y la paga mínima. Así que tiene que echar mano de ingenio, o más bien, de sus encantos de cuarentona xxx. El asesor bancario tiene pinta de gustarle bastante lo que ve a través de su escote; y oye, no puede perder nada por ofrecerle su coño. Si al fin y al cabo van a echarla de casa, mejor que por lo menos se vaya bien follada.