Regalito para una vieja sesentona
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Que no se diga que esta mujer de 45 años no le está agradecida a su personal trainer por tenerla en tan buen estado físico. Es cierto que muchos hablan de que está un poco demasiado delgada; pero así consigue que sus enormes tetazas parezcan todavía mucho más grandes. Así que invita al entrenador a casa, quiere invitarlo a un café y decirle que ahora entrenará un poco menos; y de paso, dejarlo disfrutar del cuerpazo macizo que se le ha puesto bajo sus cuidados. El tipo no pierde el tiempo, en poco tiempo lo tiene a su espada mientras él se la clava por detrás; porque esta madura caliente lo pone a él muy burro.