Espérame en la cama y ahora hablamos
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Todo el mundo piensa que la vida de un ama de casa madura y casada debe ser muy aburrida, pero esta señora desde luego no lo piensa así. Ella lleva mucho tiempo siendo una mujer matrimoniada, pero con casi cincuenta años, no hay ni un solo día en que se aburra. Le encanta hacer todas las labores del hogar, y entre una y otra, también tiene tiempo para darse un gusto al cuerpo. Claro, como se siente muy satisfecha con su vida, siempre está alegre, y eso también es gracias a las masturbaciones que se hace. Porque tener su coño maduro contento gracias a los orgasmos que ella misma se produce, se refleja en todos los aspectos de su vida.