Todos sabemos cómo está el mercado laboral, y una mujer madura tiene que hacer lo que tiene que hacer para poder mantener su trabajo. Esta ayudante de cocina lleva unos años trabajando a las órdenes de su chef, pero ya empiezan a empujar las jovencitas que han acabado sus estudios; ella cuenta con dos bazas: su experiencia, y su fantástico par de tetas gordas. Así que no duda en usar todo esto para encandilar al cocinero, que agradece poder echar un polvo con esta morena cincuentona en su lugar de trabajo. Este tipo no ha escuchado eso de donde tengas la olla, no metas la polla…