Quien piense que sus abuelas no tienen vida sexual solo porque hayan pasado de los sesenta, que haga una reflexión y vaya olvidando esa idea. De hecho, son muchas las viejas que llegadas a la edad de ser unas jubiladas, se sienten rejuvenecer, y sus coños mojados quieren una satisfacción instantánea.  Y bueno, no nos olvidemos de sus maridos, que siempre están listos para un buen polvo, aunque no tanto para las ninfómanas de sus mujeres. Y es que en ocasiones, una anciana caliente siempre exigiendo folladas llegar a ser un poco agobiante, la verdad.