Saboreando el chocho de una sesentona
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Pues, esta madre tan puta no se ha cortado ni un pelo cuando ha conocido al novio de su hija. La zorra divorciada esperó a tener un poco de confianza y que su hija lo invitara a casa varias veces; después, aprovechando que ella había salido, se lanzó a saco sobre él. Lo acorraló en el sofá, sobándole el paquete y diciéndole lo gorda que parecía su polla; y dura, porque puso al chaval cachondo perdido con tanta caricia y su voz de madura caliente. Y allí mismo se le tiró a hacerle una mamada, ahí el chico ya se despabiló, y le folló el coño a su suegra.