Y ella que esperaba que cuando le llegara la menupausia se iba a convertir en una mujer seca, y resulta que al que tiene seco es a su marido. Esta señora cincuentona tiene ahora más ganas de follar que cuando tenía veinte años; y su esposo, que está alucinando en colores, no puede evitar ponerse caliente también al verla con las tetas fueras retirándose las bragas. Menudo calentón permanente tiene la vieja, a la mierda eso de que se le iban a quitar las ganas de sexo. Es para poner una denuncia o algo, pero por ahora tiene que quitarse las ganas de follar, y después dios dirá…